Lisa Bridgett fue protegida por su teléfono cuando una tuerca de metal salió disparada por la bomba en el atentado en Manchester.
El proyectil, una tuerca, le arrancó el dedo mayor de la mano izquierda y, tras ser desviado por el celular, le lastimó la mejilla y la nariz. A pesar de saber que la pérdida del dedo es irreparable. El iPhone no es especialmente reconocido por tener una estructura robusta, pero es un alivio saber que, al menos en este caso, fue lo suficientemente sólido para salvar la vida de una persona.